Lo básico que debes realizar en tu rutina diaria para tener un rostro de 10.
1. Desmaquilla y lava tu rostro
- Nunca debes irte a la cama sin desmaquillarte y hacer tu ritual de limpieza. Utiliza un desmaquillante libre de alcohol y para venos, después lava tu rostro con un jabón líquido para tu tipo de piel, ya estará lista para recibir los nutrientes de las cremas y/o serúm según tu tipo de piel, en la noche es cuando se da el proceso de regeneración celular.
2. Protégete del sol
- Una de las formas más importantes para cuidar tu rostro es protegerlo del sol. Recomendable usar protector solar los días regulares y si vas a exponerte al sol, lo ideal es usar pantalla solar que no permite que penetren a la piel los rayos UV, busca lugares con sombra, usa sombreros y así evitaremos las manchas por daños solar, envejecimiento prematuro y lo más importante cáncer de piel.
3. No fumes
- Fumar hace que se dañe el colágeno y la elastina, las fibras que le aportan fortaleza y elasticidad a la piel, le da a tu piel un aspecto avejentado y contribuye a la formación de arrugas. Fumar estrecha los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran en las capas más superficiales de la piel, lo que disminuye el flujo sanguíneo y da un aspecto más pálido a la piel. Esto también elimina el oxígeno y los nutrientes que son importantes para la buena salud de la piel.
- Además, fumar aumenta el riesgo de carcinoma espinocelular. Si fumas, dejar de hacerlo es la mejor manera de protegerte la piel. Pídele a tu médico consejos o tratamientos que te ayuden a dejar de fumar.
4. Hidrátate y haz ejercicio
- Tomar al menos 8 vasos de agua diariamente para mantener la piel hidratada desde el interior, así evitaremos que la piel se vea opaca, seca y que las líneas de expresión sean más notorias. También puede realzar las áreas oscuras alrededor de los ojos y la nariz.
- Tomar agua, comer frutas y verduras, hacer ejercicio y descansar pueden ayudar a mantener tu piel hidratada y con un brillo saludable.
5. Controla el estrés
- Cuando el estrés está fuera de control, la piel puede volverse más sensible y se pueden desencadenar brotes de acné y otros problemas cutáneos. Para fomentar una piel sana, y un estado de ánimo sano, toma medidas para controlar el estrés. Duerme lo suficiente, fija límites razonables, recorta tu lista de tareas pendientes y encuentra tiempo para hacer las cosas que disfrutas. Los resultados podrían ser más significativos de lo que esperas.